“En 1981, en Oslo, conseguí el récord mundial de 5.000 metros, horas después de pillar una borrachera colosal", revela el keniata Henry Rono en su biografía que pronto será publicada. Rono fue un mediofondista sensacional. En 1978 consiguió batir los récords de cuatro carreras distintas del mundo en el transcurso de 81 días: 3.000, 3.000 obstáculos, 5.000 y 10.000 metros. Su dependencia del alcohol fue cada día mayor hasta que hace seis años terminó, sin dinero y sin ni siquiera un techo donde cobijarse, en un albergue de Washington. "En aquel momento toque fondo. Si hubiera seguido un poco más abajo ahora mismo estaría muerto", cuenta Rono, quien llegó a engordar 34 kilos, de 63 a 95. En su desesperación llegó a acudir a la sede de Nike, su antiguo parocinador, en Oregon, donde le "despacharon malamente".El campeón de la tribu Nandi no toca ya una botella desde hace cinco años. Trabaja en Alburque (Nuevo México) como monitor de atletismo. Ha vuelto a descubrir el amor por la carrera y recuperado sus hábitos de hace ya treinta años: dos horas de carrera a las cinco de la mañana y otras dos al atardecer. "Quiero que sepa que vuelvo a correr y enseñar a la gente que aunque se caiga a lo más bajo, siempre puedes reemprender tu vida como he hecho yo"."Estoy volviendo a apreciar lo que hice en mis mejores años. Lo que no supe fue administrar el dinero y la popularidad que mis éxitos trajeron. Era un simple muchacho africano que se encontró de pronto en la cúspide del mundo y era muy difícil manejar una vida como esta. Pero he aprendido. He aprendido tanto", cuenta el campeón ex alcohólico
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